El aguacate es originario de Centroamérica pero desde hace varias décadas se cultiva en el sureste de España y en las Islas Canarias. Fruto de aspecto más o menos rudo según las variedades, su interior es carnoso y cremoso. Pero los contrastes no solo están presentes en su aspecto exterior e interior sino en sus cualidades nutritivas. El 23% de sus contenido son grasas monoinsaturadas, rico en vitamina E, vitamina C, provitamina A , variedad de minerales (potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, cobre y cinc). Recomendado para deportistas y embarazadas pues es fuente de energía y ácido fólico. Reduce el colesterol, regula el sistema nervioso indicado en situaciones de estrés físico y mental.

En gastronomía se utiliza mucho en crudo, en ensaladas, aporta untuosidad y consistencia en panes, helados, batidos, en dips como el guacamole -evita la oxidación con limón o el hueso- y hoy os propongo hacer una crema. Su punto ideal para el consumo es la madurez pero debido su conservación en la distribución a veces lo compramos duro. Para madurarlo debéis envolverlo en papel en un lugar oscuro –un armario- entre 15º y 24º fuera de la nevera.